Vivimos en un mundo lleno de distracciones, actividades rutinarias y constante velocidad en nuestras actividades cotidianas, de una u otra forma, aumentan los niveles de estrés convirtiéndolo en ocasiones en una experiencia constante y desbordante. La práctica del mindfulness y la conciencia plena se ha convertido en una valiosa herramienta y en una forma necesaria de relacionarnos con las situaciones que atravesamos, que nos permite mejorar nuestra calidad de vida y aumentar nuestros umbrales de bienestar. Las técnicas contemplativas y de auto observación que hacen parte esencial de este mirada, nos permiten vivir el presente de manera plena, enfocándonos en cada momento y cultivando una mayor autoconsciencia. En este artículo, exploraremos qué es el mindfulness, cómo practicarlo y los beneficios que aporta a nuestra salud física, mental, emocional y trascendente.
¿Qué es el Mindfulness?
El mindfulness, traducido como atención plena, es una práctica que se originó en la tradición budista hace siglos atrás, pero que ha evolucionado para ser accesible a personas de todas las creencias y culturas. En su esencia, el mindfulness implica prestar atención deliberada al momento presente, sin juzgar. Esto significa estar completamente presente en lo que estás haciendo, ya sea comer, caminar, respirar o simplemente ser consciente de tus pensamientos y emociones. Así como funciona para ampliar nuestras capacidades de disfrute ante la vida, también se convierte en una poderosa herramienta para enfrentar desafíos emocionales, psicológicos y relaciones que son fuente de malestar significativo en nuestras vidas.
Una definición interesante de esta práctica es la siguiente: “darnos cuenta de lo que estamos haciendo, mientras lo estamos haciendo”, lo que demanda entonces la necesidad de tener todos nuestros sentidos presentes en cualquiera de las actividades que desarrollemos; podemos entrenarlo en múltiples escenarios vitales, de diferentes maneras y con prácticas variadas. Así, no esta relegada solamente a prácticas formales de tipo meditativo para cierto tipo de público, como muchas veces se malentiende, sino que está abierto a cualquier persona que quiera explorar sus bondades.
Beneficios del Mindfulness
El entrenamiento en atención plena ha demostrado una amplia gama de beneficios y atributos positivos para el aumento del bienestar, la salud y la calidad de vida de quienes lo practican. Algunos de los aspectos esenciales son:
- Reducción del Estrés: El mindfulness ha demostrado ser efectivo en la reducción del estrés. Al aprender a estar plenamente presentes, podemos evitar que los pensamientos y preocupaciones sobre el futuro o el pasado nos abrumen y poder así mismo gestionar los niveles de carga y tensión que pueden abrumarnos.
- Mejora niveles de concentración y memoria: La práctica de mindfulness mejora la concentración y la capacidad de enfocarse en una tarea a la vez. Esto es especialmente valioso en un mundo lleno de distracciones constantes. Así mismo, la capacidad de retentiva aumenta, fortaleciendo las áreas del cerebro responsables del procesamiento de información y los centros de memoria.
- Gestión y regulación de emociones: El mindfulness nos ayuda a observar nuestros pensamientos y emociones sin juzgarlos, y favorece la toma de consciencia corporal que desactiva los pilotos automáticos que nos llevan a reaccionar de manera impulsiva. Estos factores facilitan la regulación emocional y la toma de decisiones más conscientes.
- Mejora de la Salud Física: La atención plena se ha relacionado con una disminución de la presión arterial, el manejo del dolor, la mejora del sueño y la reducción de la inflamación en el cuerpo, lo que puede contribuir a la salud integral.
- Cultivo y desarrollo de la empatía y mejores relaciones Interpersonales: Al estar plenamente presentes en las interacciones con los demás, se promueve una comunicación más efectiva, menos impulsiva, más atenta, lo que impacta la construcción de relaciones más saludables, pues la empatía y la comprensión mejoran, fortaleciendo las conexiones personales.
Algunas formas para practicar el Mindfulness:
- Meditación contemplativa : La meditación de contemplación no dirigida a nada es una práctica central en el mindfulness. Consiste en sentarse en silencio, enfocándose en la respiración y en la observación de todo aquello que acontece, tanto interna como externamente, sin quedarse enganchado o fijo a algún estímulo en particular. La intención es darse cuenta, fluir y desapegarse con todo lo que se manifieste. Cuando surge algo ante la consciencia, simplemente lo observamos y los dejamos ir. Esto entrena la mente para estar en el presente y no apegarse a contenidos.
- Atención Plena en las Actividades Cotidianas: Podemos practicar mindfulness en nuestra vida diaria. Por ejemplo, cuando comemos, dedicamos nuestra atención completa a cada bocado: su sabor, textura y aroma. Al caminar, podemos llevar nuestra atención a sentir cada paso y cómo nuestro cuerpo se mueve. Estos hábitos en atención plena, nos ayudan a desarrollar nuevas formas de relacionarnos con lo que nos pasa en la vida, disminuir las cargas de ansiedad significativa sobre el pasado y el futuro y conectar con un mayor propósito y sentido en la vida.
- Escaneo y contacto corporal: Cerrando nuestros ojos y dirigiendo nuestra atención a diferentes partes del cuerpo, desde los pies hasta la cabeza, podemos ampliar nuestra inteligencia somática y ser capaces de percibir cualquier sensación o tensión evidente, para atender posteriormente nuestras necesidades. Esta práctica nos ayuda a liberar la tensiones acumuladas y construir una mejor relación con nuestro organismo
- Meditación formal: En el contexto del mindfulness, la meditación formal se refiere a la práctica deliberada y programada de meditación, que generalmente se realiza en un entorno tranquilo y sin distracciones y por periodos de tiempo más prolongados que los de las prácticas informales para la vida cotidiana. Esta forma de meditación es una oportunidad para entrenar la mente en la observación y aceptación consciente de los pensamientos, emociones y sensaciones corporales. Al practicarla regularmente, podemos experimentar beneficios significativos para nuestro bienestar emocional, reducir el estrés complejo y desarrollar una mayor claridad mental. La persistencia y la paciencia son clave en este proceso, ya que la atención plena es una habilidad que se desarrolla con el tiempo.
El mindfulness y la conciencia plena son más que simples técnicas de relajación o introspección; son herramientas y hábitos que pueden transformar la forma en que experimentamos la vida. Al vivir conscientemente en el presente, podemos encontrar un mayor sentido de vida, aumentar nuestros niveles de calma, claridad y bienestar. Integrar el mindfulness en nuestra vida diaria puede ser un proceso gradual, pero los beneficios que ofrece para la mente, el cuerpo y las relaciones hacen que valga la pena explorarlo y practicarlo regularmente. El mindfulness nos recuerda la importancia del tiempo presente como un milagro continuo, y que aprender a vivirlo es un regalo para nosotros mismos y quienes nos rodean.
Santiago Arjona
Psicólogo Clínico, Counselor, Terapeuta y Formador en Desarrollo Humano
Instagram: @psicologo.santiago.arjona